Dia a día fui quitándome las pieles que tocabas, forje en mi boca
una permanente sonrisa que cubriera el desengaño, arrojé en el lago los versos
que me diste y me puse sandalias nuevas para pisar el mañana.
Maduré a golpes y como la fruta,tomé color, brillo, sabor.
Borré la historia que nunca debió ser sin lágrimas, me recompuse, me miré al espejo y vi cuanto habías perdido tú y cuanto había ganado yo,
Te eliminé
Eso…hace mucho que pasó, sé que a solas te dolerá mi ausencia, sé
que te quemaran los besos de ayer…, pero mira….
Tú no eras la vida, tú no eres la felicidad…simplemente no existes.
C. Parra